Margaret Wilson descubre en su puerta a un golden retriever mayor llamado Nick, que busca compañía en unas vacaciones solitarias. El perro llega con una nota doblada que revela el deseo de su anterior dueño de que encuentre a alguien especial que necesite amor.
Tanto Margaret como Nick, ambos mayores, se unen por sus experiencias compartidas de envejecimiento y soledad, y encuentran consuelo en la presencia del otro. La nota lleva a la revelación de que Nick fue entrenado por un reconocido especialista en el cuidado de mascotas, lo que enfatiza la importancia del conocimiento en el cuidado de perros mayores.
El apartamento de Margaret se transforma en un centro de conexión cuando los vecinos se reúnen, atraídos por la presencia de Nick y la calidez de las historias compartidas. Sarah, la hija del anterior dueño de Nick, comparte el amplio conocimiento de su madre sobre el cuidado de perros, destacando la importancia de la comprensión y el entrenamiento adecuado.
El encuentro conduce a un nuevo sentido de comunidad y propósito para Margaret, lo que ilustra el poder transformador de la compañía y el cuidado.