El Papa León XIV ha hecho historia al pronunciar su primera homilía en la Capilla Sixtina, marcando un hito en su pontificado. En un mensaje contundente, el 9 de mayo, el nuevo líder de la Iglesia Católica hizo un llamado a los cardenales electores presentes a abandonar la complacencia y a llevar el evangelio a los márgenes de la sociedad. “No basta con hablar de los pobres, hay que evangelizarlos”, enfatizó, subrayando que la fe en Cristo debe ser más que un mero discurso.
En su discurso, León XIV abordó el ateísmo que permea incluso en la Iglesia, advirtiendo sobre la tendencia a ver a Cristo solo como una figura histórica sin impacto real en nuestras vidas. “Debemos desaparecer para que Cristo brille”, afirmó, instando a los líderes eclesiásticos a renunciar a la búsqueda de poder y reconocimiento. La homilía, cargada de urgencia, busca reinvigorizar la misión de la Iglesia en tiempos de crisis cultural y espiritual.
El Papa hizo eco de la declaración de Pedro sobre la identidad de Jesús, reafirmando que “Él es el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. En un momento de gran tensión y reflexión, León XIV hizo un llamado a los cristianos a reconocer no solo la figura de Cristo, sino su divinidad y su papel transformador en la vida humana. “La batalla cultural comienza con un regreso a Cristo”, dijo, instando a todos a ser testigos de la fe en un mundo que, según él, se aleja cada vez más de los valores cristianos.
Con palabras potentes y directas, el Papa León XIV ha iniciado su pontificado con un claro y urgente mensaje: la Iglesia debe volver a centrarse en Cristo y su mensaje, en un momento crucial para la humanidad. La llamada a la acción es clara y resonante: es hora de dejar atrás la inacción y salir al encuentro de aquellos que necesitan el amor y la luz de Jesús.