El plantel de Boca Juniors ha sido puesto en licencia hasta el próximo martes, generando un clima de incertidumbre en el club. La decisión, tomada por Juan Román Riquelme tras la reciente eliminación del equipo, deja a los jugadores sin entrenamiento y con un futuro incierto en el banquillo. Riquelme busca un nuevo director técnico antes de que el equipo reanude sus actividades, pero el silencio es abrumador en La Bombonera.
Mientras Boca espera una resolución, han surgido varios nombres como posibles reemplazos. Gabriel Milito, quien había sido mencionado, ya ha declinado la oferta, afirmando su identificación con Independiente. Entre los candidatos que aún están disponibles se encuentran Gustavo Quinteros, último campeón con Vélez, y el reconocido Tata Martino, cuyo entorno está presionando para que acepte la oferta, dado su amor por el club. Sin embargo, el reloj corre y el tiempo se agota.
La situación se complica aún más debido a la falta de resolución con Fernando Gago, cuyo contrato sigue vigente. Boca enfrenta un dilema administrativo: no puede fichar a un nuevo técnico hasta que se resuelva la situación con Gago, quien exige condiciones claras para su salida. La presión aumenta y cada hora cuenta. Riquelme y la directiva deben actuar con rapidez; el futuro del club pende de un hilo y la afición está al borde del descontento.
El martes se vislumbra como un punto de inflexión crucial. Boca necesita un nuevo líder en el banquillo y la incertidumbre actual solo alimenta la tensión. Sin un técnico confirmado, la situación se torna insostenible. La afición espera respuestas, y la presión sobre Riquelme nunca ha sido tan intensa. ¡El tiempo de Boca se agota!