**Oro ilegal transforma Pataz: desde piscinas, hoteles hasta centros comerciales**
PATAZ, Perú – En un alarmante giro de eventos, la minería ilegal de oro ha transformado radicalmente el paisaje de Pataz, donde el auge económico se manifiesta en lujosos hoteles, centros comerciales y modernas edificaciones. En un viaje reciente, El Comercio constató que la bonanza económica, impulsada por el aumento del precio del oro, ha llevado a la construcción de infraestructuras que antes eran impensables en esta zona.
El precio del oro ha saltado de $2,300 a $3,300 por onza en solo ocho meses, atrayendo a organizaciones criminales que buscan controlar cada aspecto de la cadena productiva, desde la extracción hasta el procesamiento. Edgardo Cruzado, exviceministro de Gobernanza, advierte que este crecimiento informal carece del respaldo institucional necesario, lo que plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta “nueva economía”.
Sin embargo, detrás de esta aparente prosperidad, se oculta una sombría realidad. La violencia ha escalado a medida que los mineros informales se ven obligados a contratar bandas criminales para proteger sus cargamentos, llevando a una lucha despiadada por el control del negocio. Desde finales de 2022, las bandas ya no solo protegen; extorsionan y asesinan a quienes se resisten a ceder su parte del negocio.
El Instituto Peruano de Economía estima que la producción ilegal de oro en Perú alcanzó 77 toneladas en 2023, consolidando al país como el epicentro de la minería ilegal en Sudamérica. Los especialistas claman por estrategias efectivas que contrarresten la creciente violencia y el crimen en la región, mientras que la población local queda atrapada entre la promesa de riqueza y el terror de las organizaciones criminales que dominan la economía de Pataz.