**YO MATÉ AL GRUPO FUGITIVO: La Confesión del Sicario**
En una impactante confesión, un exsicario ha revelado cómo el grupo musical “El Grupo Fugitivo” fue condenado a muerte por su propia ambición y deslealtad, en un oscuro entramado donde la música y el crimen se entrelazan. En un video que ya comienza a circular en redes sociales, el hombre, identificado solo como Carlos, expone la fría realidad de un mundo donde las decisiones se toman en mesas clandestinas, lejos de la vista pública y sin lugar para el perdón.
Carlos revela que el grupo no fue víctima de una venganza emocional ni de un ataque improvisado. Su ejecución fue una orden firme dictada por poderosos que controlan el destino del país. “Nadie gritó, nadie lloró”, asegura, ilustrando la brutalidad de un sistema que castiga con sangre a quienes se desvían de su camino. La traición, dice, provino de la ambición y el despilfarro, ya que el grupo utilizó el dinero del cartel, no como una herramienta, sino como un premio para su estilo de vida.
La confesión es escalofriante: Carlos no fue el ejecutor, pero sí el informante que selló el destino de sus compañeros. “Estaban condenados antes de saberlo”, sentencia. La revelación de que el arte puede ser una fachada para operaciones ilegales ha desatado un torrente de reacciones, cuestionando la integridad de la industria musical.
Mientras Carlos vive con un peso abrumador en su conciencia, el futuro de los que aún están vivos es incierto. La vida de un traidor, advierte, no se vive, se sobrevive. Con cada palabra, el exsicario desvela un mundo donde el silencio es complicidad y la traición, un precio a pagar. La historia no es solo un testimonio, es una advertencia sobre los peligros que acechan tras el brillo del espectáculo. ¿Cuántas vidas más deben caer antes de que la verdad salga a la luz?