**Título: Renuncia Sorprendente: ¿Forzada o Voluntaria? El Enigma de Gilberto Murillo en la Cancillería Colombiana**
Luis Gilberto Murillo ha dejado su cargo como canciller de Colombia en un giro inesperado que ha sacudido la política nacional. Su salida, confirmada el 20 de enero, fue tan abrupta que Laura Sarabia ya estaba lista para asumir antes de que él terminara sus funciones. Este cambio meteórico ha generado más preguntas que respuestas, especialmente sobre si Murillo fue forzado a renunciar por el presidente Gustavo Petro.
Mientras Murillo se encontraba en Washington, gestionando relaciones diplomáticas, el gobierno colombiano ya tenía preparado el anuncio de su reemplazo. Este hecho ha despertado sospechas sobre la urgencia con la que se manejó su salida, contrastando con otros ministros que aún esperan un sucesor. Fuentes cercanas al exfuncionario indican que Murillo llevaba meses considerando su renuncia debido a la presión que sentía, pero la tensión con Petro, especialmente tras un cruce de palabras con Donald Trump, podría haber acelerado su decisión.
Un incidente en el aeropuerto de Bogotá, donde su visa fue suspendida temporalmente antes de un viaje a Estados Unidos, sumó más drama a su salida. Aunque logró despegar tras negociaciones, este episodio ha alimentado las especulaciones sobre su relación con el gobierno y su futuro político. Murillo, quien renunció a su ciudadanía estadounidense para asumir el cargo, ahora enfrenta restricciones en un país que alguna vez fue su hogar.
A pesar de la tormenta, Murillo ha optado por el silencio, evitando hablar sobre su renuncia o el incidente migratorio. La llegada de Laura Sarabia a la cancillería promete un nuevo enfoque en la política exterior de Colombia, pero las sombras de la salida de Murillo dejan un halo de incertidumbre. ¿Fue su renuncia una decisión personal o un empujón de circunstancias? Solo el tiempo revelará el verdadero impacto de este cambio en las relaciones diplomáticas del país.