¡Un escándalo sacude a Colombia! El senador Jonathan Pulido Hernández, conocido como JP Hernández, ha lanzado una acusación explosiva contra el presidente Gustavo Petro, vinculando sus palabras pasadas con la reciente tragedia del asesinato del opositor Miguel Uribe Turbay. En un mensaje cargado de indignación, Hernández sostiene que el clima de polarización alentado por el mandatario ha desatado un odio que culminó en sangre. “Prometieron borrarnos del mapa político y lo intentaron con Miguel”, declaró, subrayando la gravedad de la situación.
El asesinato de Uribe, ocurrido el 13 de agosto, no es un hecho aislado, según Hernández. Este crimen, que ha conmocionado al país, es el resultado de un ambiente enrarecido por la confrontación política. El senador no se detuvo ahí; exigió garantías para la vida de quienes disienten del gobierno, advirtiendo que el odio alimentado por Petro podría seguir cobrando víctimas. “No vamos a permitir que el odio que usted ha alimentado siga cobrando víctimas”, clamó, desafiando al presidente a reflexionar sobre su papel en esta crisis.
Hernández también se pronunció enérgicamente contra cualquier tipo de negociación con grupos criminales, afirmando que la violencia no se combate con indulgencia, sino con firmeza. “No se derrota a los delincuentes dándoles curules en el Congreso”, enfatizó, mientras abogaba por un endurecimiento de las penas para menores involucrados en crímenes graves.
En medio de este clamor por justicia, el senador cuestionó el apoyo de Petro a la cúpula militar venezolana, sugiriendo que podría haber motivos ocultos detrás de esta defensa. “¿Por qué tanta defensa a los militares venezolanos, presidente?”, preguntó, generando un debate intenso sobre la responsabilidad política en el discurso que incita a la violencia.
La situación en Colombia se torna crítica. La polarización y el odio no pueden ser la norma. Hernández hace un llamado a la ciudadanía: “No podemos normalizar el odio ni la persecución”. En este momento decisivo, es vital alzar la voz y exigir justicia. La historia de Miguel Uribe Turbay no debe repetirse.