Durante la mayor parte de su vida, Anitta no pensó mucho en su muerte.

A pesar de haber crecido en las famosas favelas de Río de Janeiro, esta polifacética brasileña sabía que su vida sería tan glamurosa como siempre imaginó: cantaría, bailaría y actuaría hasta alcanzar el estrellato mundial. Poco a poco, esa visión se ha ido haciendo realidad.

“Nunca pensé que no iba a conseguir lo que quería”, afirma. “Quizás todos los que me rodean han sido más realistas, pero yo solo tengo visiones de cómo resultará mi vida. No se lo digo a nadie, porque sé con qué facilidad la presión externa puede influir en los resultados”.

Anitta, de 31 años, ha sido una superestrella en América Latina desde el lanzamiento de su debut homónimo en 2013, y estaba lista para lograr un nivel similar de éxito en los Estados Unidos en 2022 con su quinto álbum de larga duración, “Versions of Me”. Causó sensación: una nominación al Grammy como mejor artista nuevo, una actuación vibrante en Coachella (con un cameo de Snoop Dogg), un éxito mundial con la canción “Envolver” – pero el álbum, con canciones en inglés, en estilos que van desde el pop y el rock hasta el reggaetón y el funk brasileño, intentaba tener algo para todos y confundió a los oyentes.

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Luego, Anitta sufrió una misteriosa enfermedad que la atormentó con dolores crónicos en todo el cuerpo y fiebres que a veces la dejaban sin poder caminar. Le hicieron pruebas para detectar cáncer y enfermedades autoinmunes, pero aún no tienen un diagnóstico sólido de lo que estaba experimentando. En su búsqueda de alivio, Anitta se tomó un mes de descanso y se retiró a la fe yoruba que había aprendido de su padre cuando era niña, haciendo viajes a varios países para conectarse con antiguas tradiciones curativas, desde el yoga kundalini hasta la meditación. Unas horas después de que se realizó esta entrevista, voló a Groenlandia para pasar una semana sola, visitando chamanes y caminando por “portales espirituales”, partes de la tierra que se dice que son sensibles a la energía.

Victoria Stevens para Variety

“Ahora aprecio muchísimo la muerte”, dice. “Pensé que iba a morir. Y si lo hacía, quería estar segura de dejar atrás un conjunto de trabajos que sintiera que me representaban de verdad a mí y a los sonidos que amo. Ya había tenido éxitos; ya lo había hecho en números. La muerte, y el hecho de que no sabemos qué nos depara el mañana, me hacen sentir más viva. Ahora quiero probar algo que me haga sentir como una artista de nuevo”.

Para avanzar con ese nuevo enfoque, Anitta sintió que necesitaba un nuevo equipo. Tras la decepcionante respuesta a “Versions of Me”, hizo limpieza y se deshizo de su antiguo manager, Brandon Silverstein, y de Warner Music, el sello con el que había trabajado durante toda su carrera profesional.

En ese momento, no le dijo al mundo que estaba a punto de abandonar la industria musical, pero ahora es brutalmente honesta al respecto y explica que sus esfuerzos por ser aceptable a nivel internacional estaban neutralizando la individualidad audaz que la convirtió en una estrella en primer lugar.

“No me sentía feliz”, dice. “Ya no tenía energía. Miraba demasiado las cifras de ventas, leía lo que decían en Internet y los críticos. Y después de haber pensado tanto en cómo sería mi vida si dejara el trabajo o si muriera… mis prioridades cambiaron”.

Sin embargo, estaba obligada por contrato a entregar al menos dos álbumes más a Warner. Así que Anitta lanzó una campaña en las redes sociales contra su sello, alegando que sus ejecutivos nunca creyeron que “Envolver” —un sencillo poco común con certificación Latin Diamond de la RIAA— sería exitoso sin la ayuda de un artista coprotagonista, y que su equipo en la división latina de Warner no estaba haciendo lo suficiente para promocionar su música. “Si hubiera que pagar una multa, ya habría subastado mis órganos, sin importar lo caro que fuera sacarlos”, escribió en X. “Pero desafortunadamente, no la hay”.

Finalmente, se llegó a un acuerdo multimillonario con Warner (seis millones de dólares, según algunas fuentes; los representantes de Anitta y Warner se negaron a hacer comentarios sobre el acuerdo), así como a una separación razonablemente amistosa de Silverstein, a quien, poco después de su separación, se le vio hablando abusivamente a alguien por el altavoz del teléfono en un video que circuló ampliamente. Anitta y los representantes de Silverstein se negaron a hacer comentarios sobre el video, pero ella dice con cautela: “[Brandon] hizo lo que tenía que hacer y lo que yo quería hacer en ese momento, pero mi enfoque cambió. Siempre fue muy respetuoso y comprensivo conmigo”.

Luego, apenas un mes después de dejar Warner, anunció un nuevo contrato (con el sello Republic de Universal Music) y, poco después, un nuevo manager: Rebeca León, nacida en Miami, quien había ayudado a Rosalía, J Balvin y Juanes al estrellato.

A partir de ahí, Anitta lanzó rápidamente nueva música: un paquete de tres canciones titulado “ Funk Generation : a Favela Love Story”, que se amplió en un álbum completo con el mismo título que se lanzó el 26 de abril. Pero en lugar de inclinarse incómodamente hacia los estilos occidentales populares, volvió al sonido juvenil del baile funk de las favelas: una combinación vibrante y bailable de samba, Miami bass, hip-hop y ritmos africanos sincopados.

Anitta en el Carnaval da Anitta 2024 en Sao Pauloimágenes falsas

“Con León, es diferente”, dice sobre su nueva representante. “Ambas somos mujeres y, por mucho que se esfuercen, los hombres nunca te entenderán del todo a ese nivel. Hay ciertas cosas que funcionan para los hombres y no para las mujeres en esta industria. Además, ella ya ha pasado por grandes éxitos y está lista para experimentar. Eso es lo que necesito”.

Anitta experimenta: “Funk Generation” tiene letras en español, inglés y portugués sobre ritmos sofocantes de funk de favela. Ella es la primera en reconocer que será un desafío para algunos de sus fans más inclinados al pop, por no hablar de los nuevos.

“Durante mucho tiempo, los números han decidido si gané o fracasé, y eso te empuja a hacer algo poco original”, dice. “Quiero ser muy clara: eso no significa que no me gusten mis viejas canciones. Con ‘Versions of Me’, estaba probando un poco de todo para intentar consolidarme en el mainstream, pero no me importa qué diablos vaya a pasar con este próximo álbum. Me encanta la adrenalina de no saber si a la gente le va a gustar”.

“Esa es la verdadera definición de valentía”, dice León, “cuando sólo quieres hacer lo que haces porque te encanta”.

Cuando Anitta se puso en contacto con ella por primera vez, León había dejado recientemente de gestionar a Rosalía para centrarse en el crecimiento de su productora, Lionfish Studios. Después de trabajar como coproductora en una nueva versión de “El padre de la novia” en 2022, León y Lionfish Studios están desarrollando varios proyectos dirigidos por mujeres que, según se dice, tienen fuertes componentes musicales que muestran los matices y las complejidades de la cultura latina.

“Estaba en mi pseudo descanso y [Anitta] me pidió que, básicamente, evaluara su carrera con ella”, recuerda León. A partir de esa reunión, la resiliencia de la cantante la inspiró y las oportunidades para su carrera fueron prácticamente ilimitadas. Pero ella también descubrió que, en el proceso de perseguir ese sueño de cruzar el mundo, Anitta no había estado haciendo la música que quería hacer.

“Ella ha llegado hasta aquí. Ahora está luchando por hacer lo que siempre ha querido hacer: llevar el baile funk, un género marginado, a los grandes escenarios”, dice León.

Y aunque el género está hiper𝓈ℯ𝓍ualizado en sus letras, Anitta dice que su interpretación del mismo “tiene que ver con el sonido”.“El funk brasileño es muy, muy 𝓈ℯ𝓍ual y muy explícito, pero esas letras no reflejan lo que estoy viviendo personalmente ahora”, dice.

“Es más una exploración de mi amor por los ritmos, las fiestas y cómo me hace sentir todo eso”, dice Anitta. “Muchos de los productores de este álbum son personas que vinieron del gueto, de los barrios bajos, de las favelas. Viven y respiran funk brasileño, el tipo de funk que tiene letras locas, esa mierda desagradable”.

Anitta actuando en Sao Paulo, Brasil, en 2023imágenes falsas

Mientras que “Versions of Me” de 2022 se inclinó hacia la producción pop estadounidense, “Funk Generation” fue un proceso de excavación de cajones para productores brasileños como Gabriel do Borel y el dúo Trop𝓀𝒾𝓁𝓁az, quienes hacen referencia a subgéneros contemporáneos del funk, alterando sus secciones de metales con tempos acelerados y patrones electrónicos repetitivos.

Diplo, un viejo amigo y colaborador, también produjo “Aceita” y “Funk Rave”. Diplo es una de las pocas excepciones a la creencia central de Anitta de que los productores no brasileños rara vez pueden ofrecer “el mismo estilo que los productores brasileños”, porque su amor por el género incluso lo llevó a producir un documental sobre él en 2008. Aún así, “Funk Generation” deja algo de espacio para el pop, con la ayuda de la compositora Amy Allen (que ha escrito grandes éxitos para Harry Styles, Tate McRae, Lizzo y Selena Gomez) y “Ahi”, con Sam Smith, producida por el dúo noruego Stargate (Rihanna, Beyonce, Katy Perry).

A pesar de sus comentarios distantes, “Funk Generation” es una canción para adultos, tanto en lo que se refiere a la letra como a la música. En la canción “Savage Funk”, Anitta repite la palabra “fuck” 58 veces, y frasea su voz de manera que suene como una línea de bajo.

No es que nada de esto esté fuera de lugar: la 𝓈ℯ𝓍ualidad de Anitta siempre ha sido un punto focal de su imagen pública. A menudo se describe a sí misma como dos personas: Larissa de Macedo Machado, la persona con la que creció, y Anitta. Todas las superestrellas luchan con dónde termina el yo y comienza la estrella, pero para ella, parece ser una cuestión de autoconservación. “Puedo verme dejando atrás el nombre ‘Anitta'”, reflexiona sobre la personalidad que abraza sus “deseos más animales”, “pero nunca seré solo Larissa. Soy muy protectora de ella. Ayuda a la gente a entender que existe la artista y luego está el humano que solo quiere irse a casa y esconderse.

“Utilizo mi 𝓈ℯ𝓍ualidad como un mensaje de libertad”, concluye Anitta. “No es que le esté diciendo a todo el mundo que muestre su coño, pero tenemos derecho a expresarnos sin sentir vergüenza”.

A pesar de todas las palabras de autoempoderamiento, el 18 de mayo Anitta se embarcará en un proyecto que, en el pasado, realmente no quería hacer: su primera gira mundial, un recorrido de más de 20 fechas en lugares íntimos denominado “Baile Funk Experience” en América del Norte, América del Sur y Europa.

“Salir de gira es agotador”, dice, “y no me gusta pasar largos períodos sin ver a mi familia. Pero estoy tan comprometida con este proyecto que quiero hacerlo. Y quiero que sea pequeño; quiero poder mirar a la gente a los ojos. No va a ser suficiente con que te quedes ahí parado y mires. La persona que vaya a este concierto sentirá la urgencia de ser parte de él”.

En cuanto a lo que viene a continuación, Anitta está buscando trabajos como actriz después de su papel en la serie dramática de Netflix “Élite”. Planea abrirse camino, como siempre lo ha hecho. Por supuesto, el futuro no tiene mucho misterio para ella. “Sé lo que va a pasar a continuación”, dice, esbozando una sonrisa traviesa. “Voy a seguir haciendo giros muy sorprendentes; te quedarás pensando: ‘¿Quién es esta persona?’”.