El mejor deportista español de todos los tiempos saborea por fin la calma. Con París 2024 en su cabeza y la familia como centro de su vida, celebra la apertura de su nueva aventura hotelera y cuenta las horas para volver a su rincón favorito: su casa.

Triunfo y Rafa Nadal son un binomio imposible de separar. Sus números dentro de la pista –con 22 Gran Slams y dos Oros olímpicos en su haber– lo han convertido en el mejor deportista español de la historia y uno de los grandes tenistas de todos los tiempos. Pero Rafa Nadal (Manacor, Mallorca, 1986) saborea las mieles del éxito más allá del deporte. Además de en su vida privada, en la que está viviendo un momento muy dulce gracias al nacimiento de su primer hijo, también en los negocios: el mallorquín acaba de inaugurar ZEL Costa Brava, el segundo hotel que abre junto a Meliá. «España tiene en el turismo su industria más importante y quería aportar mi visión al sector de la mano de la que para mí es la mejor empresa hotelera del país», afirma. Rodeado de familiares y amigos –Marc Gasol, Marc Márquez, Paz Vega y Judit Mascó, entre otros–, Rafa estrenó el verano en este balcón al Mediterráneo, integrado en una colina con vistas a la idílica cala Giverola (Tossa de Mar), justo antes de focalizar toda su atención en los entrenamientos para su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde tiene previsto disputar el individual y el dobles junto a Carlos Alcaraz. Y es que aquí juega en casa.

Has pasado la mitad de tu vida de hotel en hotel, ¿te han acabado gustando o no hay nada como dormir en casa?

Siempre he hablado de la importancia de la familia, tus amigos, tu equipo… Nunca he dejado de pensar que no hay nada como estar en casa. Este es uno de los motivos por los que creé ZEL junto a Meliá, porque queremos ofrecer a los visitantes un hogar mediterráneo, tu casa lejos de casa, un hotel que les haga sentir como si estuvieran en su vivienda habitual, pero donde puedan disfrutar de lo mejor de estos alojamientos: la conexión, la diversión, el descanso… Un hogar con todas las comodidades, o incluso mejor.

¿Qué es lo más curioso o lo más extraordinario que te ha pasado durante alguna de tus estancias en hoteles?

He viajado por todo el mundo y he estado en todo tipo de hoteles. Sin desmerecer a ninguno, en aquellos lugares donde verdaderamente hacíamos (y hacemos) vida familiar o de amigos es donde me he sentido siempre más cómodo. Es el caso de Indian Wells o incluso de París, que, sin tener el mar cerca, el alojamiento me ofrece un ambiente con sabor a casa.

Room service, ¿sí o no?

Sí, pero sólo si tengo un entrenamiento o un partido temprano y es importante que descanse. Si estoy de vacaciones, no.

¿Cómo es para Rafa Nadal el hotel perfecto?

Tiene que contar con ese espíritu acogedor, no sólo en cuanto al producto sino también a la experiencia, sobre todo si es un hotel de vacaciones. Otra cosa es cuando voy a jugar un torneo, ahí valoro factores como la distancia al lugar en el que se va a desarrollar, que tenga habitaciones con espacio para poner camilla y demás accesorios necesarios para el trabajo… Pero, en general, tiene que transmitir sensación de hogar y relajación y, a la vez, ofrecer a los huéspedes posibilidades para seguir con su estilo de vida, desde hacer deporte a disfrutar de una buena gastronomía y tomar unas copas si les apetece. Y todo eso unido a un gran servicio. Ahora, como viajo con familia y un niño pequeño, también le doy importancia a que haya zonas en las que ellos puedan estar bien.

¿En qué te ha cambiado la paternidad?

Como a todo el mundo que es padre, el nacimiento del primer hijo te cambia mucho. Tras tantos años fuera de casa por la competición, la paternidad me ha hecho darme cuenta de lo importante que es pasar tiempo con los tuyos, sea donde sea, y por eso siempre viajo a todos lados con ellos.

¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que te ha dado desde su nacimiento tu hijo, Rafael?

Me ha cambiado la vida para mejor, sin duda. También he aprendido mucho a valorar las cosas y, sobre todo, a planificarme. Tengo que hacerlo mucho más que antes, porque, entre otras cosas, cambian los tiempos. Pero la felicidad es inmensa y, en mi caso, me llena plenamente.

¿Te gustaría que él siguiese tus pasos y se dedicase al tenis?

Lo primero es que sea feliz, que haga lo quiera y le vaya bien. Si elige jugar al tenis, fantástico, y si es otro deporte, pues fenomenal. Pero si decide no dedicarse al deporte profesional, también me parecerá bien. Nosotros estaremos para ayudarle a encontrar el camino que le haga feliz.

Él estuvo presente en tu despedida en el Mutua Madrid Open, ¿cómo viviste ese momento?

Fue muy emocionante despedirme en Madrid del público allí presente, un momento muy emotivo que preferiría que hubiese sido más adelante, con la competición más avanzada. Pero venía de unas semanas en las que no sabía si podría volver a jugar, y entré en la pista y pude despedirme a un nivel aceptable. Así que significó mucho para mí. Madrid siempre ha sido y será un lugar especial, siendo la capital de España, y tiene un público increíble al que estaré eternamente agradecido. Me llevo un recuerdo inolvidable.

Maru SerranoRafa Nadal en el nuevo hotel Zel Costa Brava.

Tu siguiente parada son las Olimpiadas. ¿Y después qué?

Por ahora entrenar, porque tengo la intención de jugar individual y dobles. Y, mientras tanto, pasar el mayor tiempo posible con mi familia. Si al final del todo puedo tomarme unas vacaciones, seguro que desconectaré en barco con los míos.

¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?

Estar con mi familia, en casa, es uno de mis pasatiempos favoritos. La competición me ha obligado a estar mucho fuera, y ahora aprovecho cada momento para disfrutar con mi hijo y mi mujer, así como con mi familia y amigos. También me gusta el fútbol, verlo, la pesca, el mar y, sobre todo, el golf.

¿Veremos fotos de tus vacaciones en las redes sociales? ¿Cómo es tu relación con ellas?

Intento enfocarlas muy hacia lo profesional, ya que mi equipo y yo pensamos que es el contenido que esperan ver mis seguidores, que al final me siguen por ser deportista. Pero seguro que este verano puedo compartir algún momento con familia y amigos disfrutando de las vacaciones. No es que lo haga muy frecuentemente, aunque sí es cierto que algo siempre pongo. Subo poco, pero bien… ¡Creo!

¿Qué no falta nunca en tu maleta de viaje?

Mi pasaporte, mi ordenador, ropa adecuada para salir a cenar y para pasear por el lugar al que vaya, ropa de deporte y, sobre todo, aquello que hace falta para mi familia.

¿Eres de los que tienes manías en los hoteles?

No, siempre que el servicio sea cercano y me haga sentir cómodo, estaré bien. No soy una persona muy maniática, ni tampoco muy exigente… Dentro de un mínimo de servicio.

¿Cuáles son las instalaciones que más visitas?

Las deportivas, en particular el gimnasio, pero no sólo eso. Me gusta que los hoteles tengan una buena oferta deportiva y de ocio, y que cuenten con buen spa. Por ello, en ZEL he querido que el wellness y la propuesta deportiva sea buena.

¿Qué tiene de especial ZEL Costa Brava?

Tanto para Meliá como para mí, la Costa Brava es la máxima expresión de la cultura mediterránea, por lo que queríamos crear una casa con ese espíritu, donde puedas relajarte, comer bien y mantenerte activo. Los amantes del bienestar y de la diversión encontrarán aquí su lugar ideal, ya que cuentan con la posibilidad de hacer hasta 46 actividades deportivas distintas en el hotel y en los alrededores.