A los 81 años, Enrique Guzmán finalmente ha hecho declaraciones que han resonado en el ámbito público y privado, revelando aspectos ocultos de su vida que muchos ya sospechaban. Considerado uno de los ídolos del rock and roll en México, Guzmán, quien fue el vocalista de Los Teen Tops, ha estado en el centro de la controversia durante años, enfrentando acusaciones de abuso, violencia y su lucha con el alcoholismo.
Nacido en Caracas, Venezuela, pero con nacionalidad mexicana, Guzmán se trasladó a México a una edad temprana, donde su pasión por la música floreció. Desde su debut con Los Teen Tops en 1957, Guzmán se convirtió rápidamente en una figura prominente en la música latina, consolidando su carrera con éxitos como “La Plaga” y “Mi corazón canta”. Sin embargo, su vida personal estuvo marcada por relaciones tumultuosas, especialmente con la icónica actriz Silvia Pinal, con quien se casó en 1967 y tuvo dos hijos, pero su matrimonio finalizó en 1976, plagado de infidelidades y celos.
Recientemente, Guzmán ha reflexionado sobre su pasado, reconociendo sus errores y la complejidad de su relación con Pinal. En una entrevista, admitió que su separación fue en parte resultado de su comportamiento, diciendo: “No me comporté bien, siempre fue mi culpa”. Estas declaraciones han revivido el interés por su historia, que incluye una serie de acusaciones graves, incluso por parte de su propia nieta, Frida Sofía, quien lo acusó de abuso cuando era niña.
A pesar de las controversias, Guzmán sigue siendo una figura respetada en la música latina, con una carrera que abarca más de seis décadas. Su legado, aunque manchado por escándalos, es innegable, y su influencia ha sido reconocida por muchos en la industria del entretenimiento. Sin embargo, su reciente autocrítica y el reconocimiento de sus fallas han abierto un nuevo capítulo en su vida, invitando a la reflexión sobre la complejidad del ser humano detrás de la fama.