Gaza se encuentra al borde de la hambruna, con la ONU advirtiendo que 14,000 bebés podrían morir en las próximas 48 horas si no se permite la entrada urgente de ayuda humanitaria. La situación se ha vuelto desesperada, con el ejército israelí intensificando sus ataques aéreos y terrestres en la Franja de Gaza, donde al menos 60 palestinos han perdido la vida solo este 20 de mayo. El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, ha hecho un llamado urgente, señalando que muchos camiones con alimentos y medicamentos permanecen retenidos desde el 2 de marzo de 2025, mientras que el bloqueo israelí impide el ingreso de suministros esenciales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que al menos 57 niños han muerto de hambre en los últimos meses, y si la situación no mejora, se estima que cerca de 71,000 niños menores de cinco años podrían sufrir desnutrición aguda en el próximo año. La crisis se agrava por la falta de agua potable y el colapso de los sistemas de saneamiento, lo que aumenta el riesgo de brotes de cólera y otras enfermedades infecciosas. Actualmente, el 95% de la población de Gaza no tiene acceso a agua segura.
Frente a esta crisis humanitaria, la comunidad internacional comienza a reaccionar. Australia y otros 22 países han condenado las restricciones israelíes a la entrada de ayuda humanitaria, mientras que la Unión Europea revisa sus relaciones comerciales con Israel. Sin embargo, el primer ministro Benjamín Netanyahu continúa su ofensiva militar, a pesar de la creciente presión internacional. En un contexto donde las acciones concretas para aliviar el sufrimiento de la población son escasas, la ONU y diversas organizaciones humanitarias insisten en la necesidad de un alto el fuego inmediato y acceso sin restricciones a la ayuda. La urgencia de la situación no puede ser ignorada, y el tiempo se agota.