**IRASTORZA: “Rusia está a punto de desatar la guerra total contra Ucrania tras el ataque del domingo”**
En un contexto de creciente tensión, el espectro de una guerra total entre Rusia y Ucrania se cierne ominosamente tras el reciente ataque de domingo. La brutalidad de este conflicto, que ya ha durado más de tres años, ha dejado claro que las expectativas de una rápida victoria rusa fueron, en su momento, una ilusión. A medida que las conversaciones de paz se estancan, la retórica de ambos bandos se intensifica, y las líneas rojas se vuelven cada vez más definidas.
Ucrania, bajo el liderazgo de Volodymyr Zelensky, rechaza cualquier reducción de su ejército y se niega a reconocer las áreas ocupadas por Rusia, mientras que Moscú exige la neutralidad de Ucrania y el reconocimiento de territorios como Donetsk y Lugansk. Este choque de posturas revela un panorama sombrío: Rusia, con ansias de expansión, parece dispuesta a llevar al país vecino al borde de la rendición total, un término que evoca ecos de una guerra relámpago que nunca llegó.
La comunidad internacional observa con inquietud. A pesar de la ambigüedad de Estados Unidos, la Unión Europea se mantiene firme en su apoyo a Ucrania, advirtiendo sobre las consecuencias catastróficas de una rendición. El papel de Donald Trump como mediador se ha vuelto incierto; su silencio contrasta con la urgencia de las circunstancias. Mientras tanto, el ataque de Ucrania hacia Rusia y la falta de confianza entre las potencias han complicado aún más el proceso de paz.
El peligro de una escalada violenta es real y palpable. Las advertencias de que Rusia podría desatar una guerra total resuenan como un eco de advertencias pasadas. La guerra no solo ha devastado el paisaje ucraniano, sino que también ha fragmentado la confianza internacional. El tiempo se agota, y la posibilidad de un conflicto aún más destructivo se cierne en el horizonte, dejando a la humanidad al borde de una nueva catástrofe. La paz, una vez esperanzadora, se siente cada vez más distante.