Miguel Uribe, precandidato a la presidencia de Colombia, se encuentra en estado crítico tras un brutal ataque sicarial que ha sacudido al país. La violencia política parece resurgir, evocando los oscuros días de los años 80. Mientras Uribe lucha por su vida, las autoridades se enfrentan a un enigma: ¿quiénes son los verdaderos autores intelectuales detrás de este acto repugnante?
La Fiscalía General, liderada por Luz Adriana Camargo, ha abierto cuatro líneas de investigación, centrándose en un adolescente de 15 años, capturado en el lugar del ataque. Este joven, descrito como “carne de cañón”, ha suscitado interrogantes sobre la sofisticación del ataque. ¿Fue instrumentalizado por una organización criminal? La evidencia sugiere que su aparente falta de un plan de escape podría ser parte de una estrategia más amplia para desviar la atención de los verdaderos cerebros detrás del atentado.
Las fallas en el esquema de seguridad de Uribe han generado una ola de críticas. A pesar de haber solicitado un refuerzo en su protección en más de 20 ocasiones, el candidato se encontraba en un evento al aire libre, rodeado de una multitud sin la debida protección. Los disparos provinieron de su espalda, revelando una alarmante falta de preparación por parte de los escoltas.
La investigación avanza rápidamente, con más de 1,000 videos analizados y 23 entrevistas realizadas. Sin embargo, la gran pregunta persiste: ¿quién está detrás de este ataque? La Fiscalía rastrea no solo al menor, sino también a quienes lo enviaron, buscando desmantelar la red de sicariato que opera en las sombras.
Mientras tanto, el adolescente se niega a aceptar cargos, lo que podría indicar una estrategia legal para evitar las consecuencias de su acción. La tensión política en Colombia se intensifica, y el futuro de la democracia en el país pende de un hilo. ¿Se logrará identificar a los verdaderos culpables de este ataque? La respuesta podría redefinir el panorama político colombiano.