La Princesa Leonor ha llegado a Ceuta en una visita histórica que promete marcar un hito en la relación de la Casa Real con esta ciudad autónoma. A bordo de la fragata Blas de Lezo, la heredera de la corona se ha presentado como una guardia marina más, pero su presencia es un símbolo poderoso para los ceutíes, quienes ven en su visita una oportunidad para dar a conocer su ciudad más allá de los estereotipos negativos.
La llegada de la Princesa ha generado una oleada de entusiasmo entre los ciudadanos, quienes expresan su deseo de que su visita impulse la visibilidad de Ceuta. “Es una buena oportunidad para publicitar Ceuta”, comenta un residente, reflejando el sentir generalizado de que la visita real puede cambiar la percepción que se tiene de la ciudad. Muchos esperan que la Princesa se mezcle con la gente, lo que podría ayudar a romper barreras y acercar a la realeza a la población.
El punto culminante de su visita será el Sábado Legionario, un evento que atrae a numerosos visitantes y que permite a la Princesa conocer de cerca la tradición militar de la región. “Nos encantaría coincidir con ella”, dice un antiguo caballero legionario, evidenciando el interés por su participación en este evento significativo.
La presencia de la Princesa en Ceuta no solo es un acto protocolario; es un gesto que busca fortalecer los lazos entre la Casa Real y la ciudadanía ceutí. Con la mirada de España puesta en esta visita, la Princesa Leonor se convierte en el rostro de una nueva era para Ceuta, una ciudad que anhela ser reconocida y valorada en el panorama nacional. Su llegada es un momento que quedará grabado en la memoria de los ceutíes, un símbolo de esperanza y de conexión con la monarquía.