Los pilotos de Fórmula 1 están furiosos tras el polémico Gran Premio de Mónaco de 2025, donde la estrategia de carrera dejó mucho que desear. La esperada emoción se convirtió en un espectáculo aburrido, y la gestión de los equipos, especialmente Williams y Mercedes, ha desatado una tormenta de críticas. La carrera, una de las más icónicas del calendario, se ha visto empañada por tácticas que muchos consideran manipulativas y poco deportivas.
La implementación de una estrategia de dos paradas, diseñada para fomentar los adelantamientos, resultó en un fiasco. Los pilotos de Williams, en un intento desesperado por puntuar, se vieron obligados a jugar con las reglas, manteniendo a los Mercedes detrás de ellos de manera frustrante. Alexander Albon, piloto de Williams, incluso se disculpó públicamente por el espectáculo, admitiendo que la carrera no fue lo que los aficionados esperaban. “No fue bonito de ver”, afirmó, reflejando la desilusión general.
La controversia se intensifica con las declaraciones de Carlos Sainz, quien criticó la falta de competitividad que la nueva regla ha traído. “No cambió nada en términos de competitividad”, dijo, sugiriendo que el Gran Premio de Mónaco podría estar en peligro de perder su lugar en el calendario si la FIA no toma medidas. La presión está aumentando sobre la organización para que aborde la manipulación de carreras antes de que se convierta en una práctica habitual.
Con la reputación de Mónaco y la integridad del deporte en juego, la FIA enfrenta un dilema crítico: ¿debería la carrera seguir en el calendario o es hora de un cambio radical? La indignación de los pilotos y aficionados es palpable, y la necesidad de una solución urgente nunca ha sido más evidente. La Fórmula 1 debe actuar ahora o arriesgarse a perder la esencia de lo que hace que este deporte sea emocionante.