La Infanta Sofía ha dado un golpe contundente a la imagen de la Reina Letizia al rechazar cualquier tipo de salario, justo en medio de la controversia sobre los sueldos de la familia real española. En un momento en que la Casa Real se enfrenta a un escrutinio público sin precedentes, la decisión de Sofía de no cobrar ni un céntimo se erige como un fuerte mensaje de austeridad y responsabilidad. Con apenas 18 años, la infanta está marcando su posición en un entorno donde los salarios de los miembros de la familia real han sido objeto de debate.
El presupuesto anual de la Casa Real se ha hecho público, revelando que Letizia percibe un salario de 152,539 euros al año, una cifra que ha sido calificada de excesiva en comparación con otras monarquías europeas. La infanta Sofía, en contraste, ha optado por no recibir compensación alguna, alineándose con la imagen de austeridad promovida por su padre, el Rey Felipe VI. Esta decisión no solo refuerza su compromiso con una monarquía más austera, sino que también se interpreta como una crítica implícita a la gestión económica de su madre.
Mientras la atención mediática se centra en el debut de la Princesa Leonor en una regata, Sofía ha logrado robar protagonismo al manifestar su postura de forma tan contundente. La joven ha dejado claro que, aunque no recibe un salario, está comprometida con su formación y con el futuro de la monarquía. Este acto de renuncia económica se convierte en un símbolo de los tiempos que corren, donde la familia real debe adaptarse a una ciudadanía cada vez más exigente y crítica.
La situación actual plantea interrogantes sobre la necesidad de un ajuste en los sueldos reales y si Letizia debería reconsiderar su posición en este contexto. La nueva generación de la familia real parece estar dispuesta a marcar un cambio significativo, desmarcándose de los privilegios que han caracterizado a la institución. La Infanta Sofía, con su decisión, no solo ha puesto en jaque la percepción pública de su madre, sino que también ha abierto un debate crucial sobre la relevancia y la legitimidad de la monarquía en la España contemporánea.