En un giro inesperado que ha dejado a Colombia boquiabierta, Armando Benedetti, el influyente hombre de confianza del presidente Gustavo Petro, se convirtió en el centro de atención durante un evento gubernamental. En plena consulta popular, su comportamiento errático y su mandíbula descontrolada han desatado un torrente de risas y críticas en las redes sociales, donde se le ha apodado “Benedetti Caramandíbula”.
Mientras Petro ofrecía un discurso sobre la paz y el futuro del país, Benedetti parecía atrapado en una lucha con su propia mandíbula, moviéndola de forma extraña, como si estuviera masticando un chicle invisible. La escena, que muchos describen como un espectáculo cómico, ha planteado serias preguntas sobre el estado de su salud y la integridad del gobierno que prometió un cambio radical.
Los expertos sugieren que tales movimientos pueden ser indicativos de un estado de ansiedad o, más preocupante aún, de un “bajón” tras una fiesta. La ironía es palpable: el hombre que debería ser un pilar de la administración de Petro, se presenta como un payaso en un circo que ya no da risa. Las redes sociales no tardaron en reaccionar, inundadas de memes y comentarios mordaces que evidencian el descontento generalizado y la incredulidad ante la situación.
Este incidente no es solo un momento de humor; es un reflejo de un gobierno que se tambalea entre promesas de cambio y la realidad de una política que parece más de lo mismo. Mientras Benedetti se convierte en el blanco de burlas, los ciudadanos se preguntan qué hay detrás de este espectáculo y si realmente se está cumpliendo la promesa de un país más justo.
La escena, capturada en video, ha recorrido el país, dejando a muchos con la sensación de que el cambio que se prometió es solo una ilusión. En un momento en que la salud, la seguridad y la educación están en crisis, la imagen de Benedetti masticando aire se ha convertido en un símbolo del descontento y la frustración de un pueblo que exige más que risas y memes.