La reina consorte de España, Doña Letizia Ortiz, se vio envuelta en un escándalo inesperado durante el funeral de Isaac Andic, fundador de Mango, lo que ha generado un revuelo considerable en los medios y redes sociales. Este 16 de diciembre, la ceremonia en Barcelona, donde se rindió homenaje a un ícono de la moda que falleció a los 71 años, se tornó en un escenario de reproches y abucheos dirigidos hacia la reina.

Andic, conocido por su impacto en la industria textil española, fue recordado por amigos y figuras públicas, incluyendo al presidente de la Generalitat y al presidente de Mercadona. Sin embargo, la presencia de Doña Letizia no fue bien recibida. Al descender de su vehículo, la reina enfrentó gritos de descontento, que exigían explicaciones sobre la gestión de donativos para los afectados por la reciente Dana en Valencia. Esta situación se transformó rápidamente en un caos, llevando a la reina a optar por retirarse del evento para evitar mayores confrontaciones.

Este episodio plantea preguntas sobre el papel de la realeza en momentos de crisis y su relación con la opinión pública. La decisión de Doña Letizia de marcharse ha sido interpretada por algunos como una medida prudente, mientras que otros cuestionan su capacidad para manejar situaciones difíciles. La reacción del público destaca un descontento creciente con la gestión de la corona, especialmente en contextos tan sensibles como un funeral.

El legado de Isaac Andic, que transformó la moda en España, se ve ensombrecido por este incidente, que refleja no solo el impacto de su partida, sino también las tensiones actuales entre la monarquía y la ciudadanía. La situación es un recordatorio de que la figura real no está exenta de críticas, especialmente en tiempos de crisis. La respuesta del público a la reina podría ser un indicativo de un cambio en la percepción de la monarquía en España.