La tensión entre la China Suárez y Benjamín Vicuña ha alcanzado un nuevo nivel, desatando una tormenta mediática que sacude a la farándula argentina. En un giro inesperado, la actriz ha calificado a Vicuña de “mal padre” tras una serie de imágenes que mostraron a su pareja, Anita Espasandín, disfrutando de un día con los hijos y la niñera, mientras él no estaba presente. Esta situación ha encendido la ira de Vicuña, quien no dudó en contactar a Gustavo Méndez, periodista del programa “Portales”, para expresar su descontento.
El clima se tornó tenso cuando Vicuña, claramente molesto, se comunicó con Méndez, pidiendo que se le diera un alto a la especulación en torno a su rol como padre. “Estoy sorprendido por la información que estás dando”, le dijo, dejando entrever que la situación ha cruzado límites personales. La exposición de sus hijos en los medios es un tema delicado, y Vicuña no está dispuesto a permitir que se hable de ellos sin la debida consideración.
Méndez, por su parte, defendió su postura, argumentando que, aunque la información era relevante, el respeto hacia los menores debe prevalecer. “Hablar de los chicos me resulta incómodo”, admitió, reconociendo la dificultad de abordar temas familiares en el ojo público. La China Suárez, por su parte, no se ha quedado callada y ha continuado arrojando dudas sobre la presencia de Vicuña en la vida de sus hijos.
Este conflicto no solo revela la frágil dinámica entre estas dos figuras del espectáculo, sino que también pone de manifiesto la lucha constante entre la vida privada y la exposición mediática. La sociedad observa atenta, preguntándose hasta dónde llegarán ambos en esta batalla pública. Mientras tanto, el drama familiar sigue desarrollándose, dejando en el aire la pregunta: ¿quién realmente está cuidando de los niños en medio de este torbellino?