¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! El gobierno de Gustavo Petro enfrenta una crisis sin precedentes, con su propio Pacto Histórico desmoronándose a menos de tres años de su llegada al poder. La vicepresidenta Francia Márquez ha abandonado su cargo, acusando al presidente de traición, mientras que Susana Mohamad, una de sus más leales funcionarias, renunció por negarse a pactar con sus críticos. Además, Álvaro Leiva, exministro, ha denunciado que Petro está aplastando a su gabinete, lo que ha llevado a analistas a advertir que el Pacto Histórico podría colapsar antes de 2026.
La llegada de Petro a la presidencia fue celebrada como un hito para la izquierda colombiana, pero ahora su gobierno enfrenta un distanciamiento alarmante de sectores que antes fueron aliados clave. Este fenómeno, según analistas, se debe al desgaste natural de la figura de Petro y a su tendencia a aislarse en el ejercicio del poder, un patrón que ya se había observado durante su tiempo como alcalde de Bogotá.
El llamado Frente Amplio, que Petro promovió como una gran coalición de fuerzas progresistas, muestra fisuras evidentes. Líderes históricos de la izquierda y miembros de su propio gabinete han comenzado a distanciarse, lo que refleja una falta de unidad ideológica y un descontento con el rumbo del gobierno. Márquez, en particular, ha expresado su frustración por su escasa influencia en la toma de decisiones, un conflicto que se ha intensificado tras su salida del Ministerio de Igualdad.
Partidos como Comunes y el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) también se han desmarcado, criticando la política de paz del gobierno y optando por no alinearse completamente con Petro. Estos distanciamientos son un síntoma natural en gobiernos de coalición, donde los grupos ideológicos tienden a sentirse menos representados.
El gran desafío que enfrenta Petro es recomponer su base de apoyo, ya que su estructura electoral sigue atada a su figura. Sin un cambio significativo, el riesgo de fragmentación dentro de la izquierda colombiana se vuelve inminente. La pregunta que queda en el aire es si Petro podrá recuperar el apoyo de sus antiguos aliados o si su gobierno avanzará hacia un aislamiento progresivo.