**ZELAIA: Los 50 días a Putin: ¿tregua o estrategia para ganar tiempo? El objetivo real de Trump**
En un panorama geopolítico marcado por la incertidumbre, Donald Trump lanza una amenaza que resuena en todo el mundo: un arancel del 100% sobre los hidrocarburos rusos si no se llega a un acuerdo con Vladimir Putin. Sin embargo, este movimiento parece más una estrategia para ganar tiempo que una verdadera presión sobre Moscú. Adrián Celaya, presidente de K Group, analiza las implicaciones de esta táctica en un contexto donde las potencias emergentes como China, India e Indonesia son los principales compradores de recursos rusos, y no se verán afectadas por las amenazas estadounidenses.
La propuesta de Trump, aunque ruidosa, carece de viabilidad práctica. Los aranceles no pueden ser impuestos de manera efectiva, ya que las negociaciones previas con estos países han establecido límites claros. La idea de que Estados Unidos pueda elevar los aranceles a un 100% en medio de un entorno comercial ya complicado es, en el mejor de los casos, absurda. El Kremlin, por su parte, está observando con cautela, tratando de entender las verdaderas motivaciones detrás de esta jugada.
Más allá de la retórica, la realidad es que el establecimiento belicista estadounidense busca justificar su posición ante un conflicto que no ha mostrado señales claras de resolución. Trump, quien llegó al poder prometiendo una rápida solución al conflicto ucraniano, ahora parece estar atrapado en una narrativa que se aleja de sus promesas iniciales. La falta de avances significativos en las negociaciones sugiere que la presión sobre Rusia es más una ilusión que una estrategia efectiva.
Mientras tanto, la Unión Europea continúa su camino hacia un nuevo paquete de sanciones, aunque estas también enfrentan limitaciones en su efectividad. La realidad es que, en este juego de ajedrez global, Rusia no tiene prisa, y su preparación para un conflicto prolongado podría cambiar las dinámicas de poder en el futuro cercano. Esta situación plantea un desafío continuo para Estados Unidos, que se encuentra en una encrucijada entre la presión interna y la realidad internacional. La pregunta persiste: ¿es este movimiento de Trump una verdadera estrategia o simplemente un intento de ganar tiempo en un tablero en constante cambio?