¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! El médico del presidente Gustavo Petro ha hecho una confesión inesperada que sacude los cimientos de la política nacional. En medio de un clima de violencia y caos, el expresidente del Senado, Efraín Cepeda, ha lanzado acusaciones explosivas que apuntan directamente al Palacio de Nariño y a la fallida estrategia de paz total del gobierno. Mientras el país llora por las víctimas de recientes ataques en Amalfi y Cali, Cepeda sostiene que la situación actual es consecuencia de un Estado debilitado que ha hecho concesiones al crimen.
Las explosiones que resonaron el 21 de agosto de 2025 han dejado un saldo trágico: decenas de vidas perdidas y comunidades devastadas. En este contexto, Cepeda no se detiene en un simple rechazo a la violencia, sino que exige una respuesta contundente del gobierno. “Colombia no puede seguir siendo rehén de quienes imponen el terror”, clama, advirtiendo que el enfoque permisivo del gobierno ha fortalecido a los grupos criminales.
El senador conservador denuncia que las fuerzas militares y de policía están maniatadas, incapaces de actuar con la firmeza necesaria para proteger a los ciudadanos. “Es hora de devolverles la ofensiva”, exige Cepeda, señalando que la verdadera paz solo se logrará con un Estado fuerte, que no negocie su autoridad ni transija con la violencia.
Este mensaje no es solo un grito de alarma, sino una crítica profunda a la política de seguridad del presidente Petro. La nación se encuentra en un punto crítico, y la presión sobre el gobierno para que reevalúe su estrategia es más urgente que nunca. Con la violencia en aumento y la seguridad en entredicho, el futuro de Colombia pende de un hilo. La pregunta que resuena en el aire es clara: ¿está el gobierno dispuesto a cambiar el rumbo antes de que sea demasiado tarde?