¡ALERTA! La emblemática casa de Pedro Infante en Cuajimalpa, un símbolo de la historia del cine mexicano, se encuentra al borde de la destrucción total. Tras años de abandono, humedad y deterioro, la propiedad que el icónico artista construyó con sus propias manos está en un estado crítico, y los rumores de su inminente demolición han comenzado a circular.
La casa, que alguna vez fue un refugio de lujo y creatividad, ahora se desmorona, y los objetos que la habitaron han desaparecido casi por completo. Testigos han revelado que, tras la muerte de Infante en 1957, su esposa, María Luisa León, comenzó a deshacerse de las pertenencias del artista, dejando la finca en manos del olvido. A medida que se desmantelaban los recuerdos de un ícono, la capilla construida por Infante también fue arrasada, sumando una capa más de tristeza a esta historia desgarradora.
Los detalles de la vida de Infante en esta casa son igualmente conmovedores. Desde su gimnasio personal hasta la sala de cine que albergaba a 50 espectadores, cada rincón contaba una historia de dedicación y pasión. Sin embargo, la melancolía envolvía al artista, quien, a pesar de su fama, vivía en soledad y con un profundo sentido de introspección.
La comunidad y los fans de Pedro Infante claman por la preservación de este legado, que podría haberse convertido en un museo en honor a su memoria. Sin embargo, la realidad es que, si no se actúa rápidamente, no quedará nada de este emblemático lugar. La nostalgia se siente en el aire mientras se observan las ruinas de lo que una vez fue un hogar lleno de vida y sueños.
La situación es crítica y el tiempo se agota. La historia de la casa de Pedro Infante en Cuajimalpa podría convertirse en un triste recuerdo si no se toman medidas inmediatas. Es un llamado urgente a la acción para salvar lo que queda de este tesoro cultural antes de que sea demasiado tarde.